Escrito por: Iván Arjona Pelado el 18 Oct 2008
Cuando la desinformación rellena el tiempo y el vacío se llena de mentiras.
Se oye hablar (o se lee) de la Iglesia de Cienciología en los medios de comunicación. Esto es prácticamente constante, pero casi siempre omiten algo, y es explicar qué es, en qué creen los cienciólogos, qué hacen, por qué se mueven, por qué les va bien, etc. Todas estas son preguntas que muchos se hacen pero también que muchos no responden (y eso que siempre estoy disponible para responder a la prensa). Aunque la verdad es que debo reconocer que en los últimos años (aunque no todos los medios - algún día llegaremos) se van acercando a preguntar directamente, sin tapujos, a preguntar sobre las diferentes críticas, sobre los diferentes misterios, sobre los muchos bulos que unos pocos se dedican a esparcir y alimentar. Algunas “sectas” hablan de “sectas” y nosotros no tenemos la sexta sino que solo tenemos hasta la quinta planta (este es un mal chiste, pero me apetecía decirlo).
Luego existen grupos de cobardes anónimos mientras tratan de atacar la libertad que proporciona Cienciología, lo que consiguen darnos más a conocer porque la sociedad en sí no es estúpida y cada vez más se cree menos "lo que dice la gente" y quieren saber por ellos mismos. Entiendo que aquellos que están en contra de la legalidad, de la libertad del ser, intente de manera inservible frenar este movimiento espiritual e internacional, que en menos de 60 años (lo que en diciembre cumple la Declaración Universal de Derechos Humanos) ha crecido a más de 10 millones de feligreses, más de 7700 iglesias, misiones y grupos en 164 naciones. Esos ataques nos dan más fuerza y más apoyos para conseguir que algún día, haya paz en la Tierra, un día en que los unos podamos confiar en los otros como argumentaba L. Ronald Hubbard, fundador de este movimiento, mi religión.
La sociedad busca una campaña y metodología efectiva para acabar con la lacra de la droga, y los cienciólogos están llevando a cabo programas y metodologías efectivas, que cuentan cada día con más y más apoyos privados y gubernamentales.
La ONU quiere y trabaja para que toda la sociedad conozca la Declaración Universal de Derechos Humanos, y los cienciólogos financian desde sus bolsillos, la que podríamos nombrar como la campaña privada más grande del mundo en educación sobre dicha carta de derechos, con folletos gratuitos y charlas en colegios y universidades, anuncios de radio y televisión. Además, esta campaña anima a otras entidades gubernamentales a hacer lo mismo para que un día podamos conseguir la Paz Universal, que se acabe el hambre, que se acabe la desigualdad, que se acabe la pobreza.
La sociedad busca unos códigos morales que cualquiera pueda seguir, independientemente de su religión o postura ideológica o política. Un código moral moderno y basado en la actualidad. Pues los cienciólogos están trabajando a diario para que ese código moral ya existente, denominado "El Camino a la Felicidad", esté en las manos de cada ciudadano, poniendo el acento en aquellas zonas en la que las guerras y guerrillas siguen siendo el pan de cada día. Un código moral que une culturas, que respeta la diversidad.
Sin embargo, esto todavía no se han hecho eco los suficientes medios de comunicación y algunos prefieren hablar de cuántos helados se ha comido un famoso en un día o sobre si le gusta su película o no, o incluso si la ropa que lleva es de una marco u otra. La mayoría de los cienciólogos tratan de ser un ejemplo para la sociedad y se esfuerzan a diario para hacer las cosas mejor y mejor. No somos perfectos, pero podemos asegurar que nuestro camino se dirige a ese destino, pero no para ser mejor que nadie, sino para que todos seamos mejores, y podamos hacer que en este mundo, creemos una civilización sin demencia, sin criminales y sin guerras, donde el capaz pueda prosperar y los seres honestos tengan derechos, y donde puedan elevarse a mayores alturas, y todo esto teniendo en cuenta que los más desfavorecidos, los menos capaces, podemos ayudarles a que sean más capaces y que a su vez ayuden a otros a ser más capaces.
Pedimos disculpas a aquellos que no les interese que consigamos que exista la libertad total para todos, a los que no les interesa que la gente salga de las drogas, a los que no les interesa que la gente conozca sus derechos y responsabilidades, pues no lo hacemos por contrariarlos, pero vamos a seguir trabajando duro para que nuestras metas sean una realidad, pues en el fondo, son las metas de todos.
Fuente: El País.com
Cuando la desinformación rellena el tiempo y el vacío se llena de mentiras.
Se oye hablar (o se lee) de la Iglesia de Cienciología en los medios de comunicación. Esto es prácticamente constante, pero casi siempre omiten algo, y es explicar qué es, en qué creen los cienciólogos, qué hacen, por qué se mueven, por qué les va bien, etc. Todas estas son preguntas que muchos se hacen pero también que muchos no responden (y eso que siempre estoy disponible para responder a la prensa). Aunque la verdad es que debo reconocer que en los últimos años (aunque no todos los medios - algún día llegaremos) se van acercando a preguntar directamente, sin tapujos, a preguntar sobre las diferentes críticas, sobre los diferentes misterios, sobre los muchos bulos que unos pocos se dedican a esparcir y alimentar. Algunas “sectas” hablan de “sectas” y nosotros no tenemos la sexta sino que solo tenemos hasta la quinta planta (este es un mal chiste, pero me apetecía decirlo).
Luego existen grupos de cobardes anónimos mientras tratan de atacar la libertad que proporciona Cienciología, lo que consiguen darnos más a conocer porque la sociedad en sí no es estúpida y cada vez más se cree menos "lo que dice la gente" y quieren saber por ellos mismos. Entiendo que aquellos que están en contra de la legalidad, de la libertad del ser, intente de manera inservible frenar este movimiento espiritual e internacional, que en menos de 60 años (lo que en diciembre cumple la Declaración Universal de Derechos Humanos) ha crecido a más de 10 millones de feligreses, más de 7700 iglesias, misiones y grupos en 164 naciones. Esos ataques nos dan más fuerza y más apoyos para conseguir que algún día, haya paz en la Tierra, un día en que los unos podamos confiar en los otros como argumentaba L. Ronald Hubbard, fundador de este movimiento, mi religión.
La sociedad busca una campaña y metodología efectiva para acabar con la lacra de la droga, y los cienciólogos están llevando a cabo programas y metodologías efectivas, que cuentan cada día con más y más apoyos privados y gubernamentales.
La ONU quiere y trabaja para que toda la sociedad conozca la Declaración Universal de Derechos Humanos, y los cienciólogos financian desde sus bolsillos, la que podríamos nombrar como la campaña privada más grande del mundo en educación sobre dicha carta de derechos, con folletos gratuitos y charlas en colegios y universidades, anuncios de radio y televisión. Además, esta campaña anima a otras entidades gubernamentales a hacer lo mismo para que un día podamos conseguir la Paz Universal, que se acabe el hambre, que se acabe la desigualdad, que se acabe la pobreza.
La sociedad busca unos códigos morales que cualquiera pueda seguir, independientemente de su religión o postura ideológica o política. Un código moral moderno y basado en la actualidad. Pues los cienciólogos están trabajando a diario para que ese código moral ya existente, denominado "El Camino a la Felicidad", esté en las manos de cada ciudadano, poniendo el acento en aquellas zonas en la que las guerras y guerrillas siguen siendo el pan de cada día. Un código moral que une culturas, que respeta la diversidad.
Sin embargo, esto todavía no se han hecho eco los suficientes medios de comunicación y algunos prefieren hablar de cuántos helados se ha comido un famoso en un día o sobre si le gusta su película o no, o incluso si la ropa que lleva es de una marco u otra. La mayoría de los cienciólogos tratan de ser un ejemplo para la sociedad y se esfuerzan a diario para hacer las cosas mejor y mejor. No somos perfectos, pero podemos asegurar que nuestro camino se dirige a ese destino, pero no para ser mejor que nadie, sino para que todos seamos mejores, y podamos hacer que en este mundo, creemos una civilización sin demencia, sin criminales y sin guerras, donde el capaz pueda prosperar y los seres honestos tengan derechos, y donde puedan elevarse a mayores alturas, y todo esto teniendo en cuenta que los más desfavorecidos, los menos capaces, podemos ayudarles a que sean más capaces y que a su vez ayuden a otros a ser más capaces.
Pedimos disculpas a aquellos que no les interese que consigamos que exista la libertad total para todos, a los que no les interesa que la gente salga de las drogas, a los que no les interesa que la gente conozca sus derechos y responsabilidades, pues no lo hacemos por contrariarlos, pero vamos a seguir trabajando duro para que nuestras metas sean una realidad, pues en el fondo, son las metas de todos.
Fuente: El País.com
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