Martes 21 de abril de 2009
Por Sergio Benavides / La Nación
Documental recuerda las 913 muertes de Guyana
El mayor suicidio colectivo de la historia
La tragedia se produjo por un extraño culto que se solidificó en plena época de las flores. Los sesenta y setenta no sólo fueron LSD y sexo libre, también atestiguaron fenómenos como el de la sociedad utópica construida por Jamios Warren Jones. “Jonestown, la vida y la muerte del templo de los pueblos” pretende dilucidar qué sucedió realmente ese 8 de diciembre de 1978.
Fue parte de la respuesta al amor libre. Un templo conservador, al menos en apariencia, que buscaba combatir a la sociedad viciada de la mitad del siglo XX. En 1953, y luego de años como predicador y partidario socialista (además de defender a las minorías étnicas) Jamios Warren Jones funda el Templo del Pueblo en la ciudad de Indianápolis.
Un tiempo más tarde y por el supuesto miedo a los ataques nucleares de los que Norteamérica podía ser víctima se trasladaron a California. Algunos fieles decidieron terminar con este sueño de una sociedad modelo, pero otros tomaron el autobús, vendieron sus propiedades y comenzaron la aventura. Estaban dispuestos a seguir a Jones adonde fuera necesario. "Era maníaco carismático", recuerda una entrevistada. Pero al terminar los ’60 la conciencia había crecido y los seguidores desaparecieron hasta llegar a menos de cien.
Como lo haría un buen empresario, Jones aseguró un mercado. Se asoció con los "discípulos de Cristo", lo que permitió al templo subsistir. Comenzaba a influir en la Costa Oeste de los Estados Unidos. Pero también empezaron las investigaciones en su contra. Entonces decidió crear una comunidad, una especie de sociedad huxleriana, donde todos los elementos estuvieran comprometidos. Necesitaba un buen lugar. Estados Unidos no podía ser, ya estaba bajo el ojo del huracán por temas de dinero y deserciones varias. Pensó en la Guyana y optó por ella. La congregación que buscaba una sociedad utópica tendría lugar ahí, en el paraíso prometido.
Pero nada de eso funcionó más allá de las promesas. Se creó un modelo de trabajo agrícola donde cada discípulo, incluyendo hijos y mujeres, debía trabajar de sol a sol para solventar el "Proyecto agricultural templo del pueblo". Pese a que las temperaturas rondaban los 40 grados sólo comían arroz y legumbres, mientras el "Padre" (así llamaban a Jones) gozaba de banquetes con carnes y alimentos refrigerados. Las consecuencias no fueron inmediatas, pero las diarreas y fiebres se hicieron cada vez más frecuentes. "Papá" no estaba respondiendo con el paraíso prometido, pero guardias armados hacían de ángeles custodios por si algún pecador pretendía escapar de los dominios. "El hoyo de la tortura" fue otro elemento donde lanzaban a los niños que se portaban mal. También se dijo que a los muchachos adolescentes se les desnudaba y se les aplicaba corriente en los genitales.
En 1977 el periodismo ya había indagado en las turbiedades de Jones y su crisis era evidente. Luego de recibir una serie de denuncias, el congresista norteamericano Leo Ryan tuvo luz verde de parte del gobierno para trasladarse a Guyana y ver qué estaba sucediendo. Jones se sintió acorralado, quiso transferir sus dineros a Suiza y pidió asilo político en la Unión Soviética. Pero en Guyana Jones todavía tenía la fuerza para llevar adelante sus planes macabros. Tanto, que luego de una balacera algunos periodistas y el propio congresista Ryan murieron asesinados.
Sólo en ese instante el "Padre" sintió que no tenía salida. Reunió a sus fieles alrededor de su trono de madera y les dijo que pronto deberían morir. Pensaba que la CIA y el ejército de Guyana pronto llegarían. Con sólo 150 litros de jugo Kool Aid de uva, él y sus asesores médicos prepararon la pócima compuesta de cianuro y valium. Antes hubo algunos suicidios falsos, donde Jones probó la fidelidad de sus seguidores. Pero esta vez era verdad. Niños, mujeres y hombres empezaron a caer. 912 cadáveres. Pero faltaba uno. "Mueran con dignidad", gritó el pastor y se voló la cabeza.
En Acción:
"Jonestown, la vida y la muerte del templo de los pueblos” tiene testimonios e imágenes inéditas de gente que logró librar de la tragedia y secretos de archivos recientemente liberados de la censura. Transmite Infinito el próximo sábado, a las 17 horas.
Fuente: diario La Nación.cl (Chile)
Por Sergio Benavides / La Nación
Documental recuerda las 913 muertes de Guyana
El mayor suicidio colectivo de la historia
La tragedia se produjo por un extraño culto que se solidificó en plena época de las flores. Los sesenta y setenta no sólo fueron LSD y sexo libre, también atestiguaron fenómenos como el de la sociedad utópica construida por Jamios Warren Jones. “Jonestown, la vida y la muerte del templo de los pueblos” pretende dilucidar qué sucedió realmente ese 8 de diciembre de 1978.
Fue parte de la respuesta al amor libre. Un templo conservador, al menos en apariencia, que buscaba combatir a la sociedad viciada de la mitad del siglo XX. En 1953, y luego de años como predicador y partidario socialista (además de defender a las minorías étnicas) Jamios Warren Jones funda el Templo del Pueblo en la ciudad de Indianápolis.
Un tiempo más tarde y por el supuesto miedo a los ataques nucleares de los que Norteamérica podía ser víctima se trasladaron a California. Algunos fieles decidieron terminar con este sueño de una sociedad modelo, pero otros tomaron el autobús, vendieron sus propiedades y comenzaron la aventura. Estaban dispuestos a seguir a Jones adonde fuera necesario. "Era maníaco carismático", recuerda una entrevistada. Pero al terminar los ’60 la conciencia había crecido y los seguidores desaparecieron hasta llegar a menos de cien.
Como lo haría un buen empresario, Jones aseguró un mercado. Se asoció con los "discípulos de Cristo", lo que permitió al templo subsistir. Comenzaba a influir en la Costa Oeste de los Estados Unidos. Pero también empezaron las investigaciones en su contra. Entonces decidió crear una comunidad, una especie de sociedad huxleriana, donde todos los elementos estuvieran comprometidos. Necesitaba un buen lugar. Estados Unidos no podía ser, ya estaba bajo el ojo del huracán por temas de dinero y deserciones varias. Pensó en la Guyana y optó por ella. La congregación que buscaba una sociedad utópica tendría lugar ahí, en el paraíso prometido.
Pero nada de eso funcionó más allá de las promesas. Se creó un modelo de trabajo agrícola donde cada discípulo, incluyendo hijos y mujeres, debía trabajar de sol a sol para solventar el "Proyecto agricultural templo del pueblo". Pese a que las temperaturas rondaban los 40 grados sólo comían arroz y legumbres, mientras el "Padre" (así llamaban a Jones) gozaba de banquetes con carnes y alimentos refrigerados. Las consecuencias no fueron inmediatas, pero las diarreas y fiebres se hicieron cada vez más frecuentes. "Papá" no estaba respondiendo con el paraíso prometido, pero guardias armados hacían de ángeles custodios por si algún pecador pretendía escapar de los dominios. "El hoyo de la tortura" fue otro elemento donde lanzaban a los niños que se portaban mal. También se dijo que a los muchachos adolescentes se les desnudaba y se les aplicaba corriente en los genitales.
En 1977 el periodismo ya había indagado en las turbiedades de Jones y su crisis era evidente. Luego de recibir una serie de denuncias, el congresista norteamericano Leo Ryan tuvo luz verde de parte del gobierno para trasladarse a Guyana y ver qué estaba sucediendo. Jones se sintió acorralado, quiso transferir sus dineros a Suiza y pidió asilo político en la Unión Soviética. Pero en Guyana Jones todavía tenía la fuerza para llevar adelante sus planes macabros. Tanto, que luego de una balacera algunos periodistas y el propio congresista Ryan murieron asesinados.
Sólo en ese instante el "Padre" sintió que no tenía salida. Reunió a sus fieles alrededor de su trono de madera y les dijo que pronto deberían morir. Pensaba que la CIA y el ejército de Guyana pronto llegarían. Con sólo 150 litros de jugo Kool Aid de uva, él y sus asesores médicos prepararon la pócima compuesta de cianuro y valium. Antes hubo algunos suicidios falsos, donde Jones probó la fidelidad de sus seguidores. Pero esta vez era verdad. Niños, mujeres y hombres empezaron a caer. 912 cadáveres. Pero faltaba uno. "Mueran con dignidad", gritó el pastor y se voló la cabeza.
En Acción:
"Jonestown, la vida y la muerte del templo de los pueblos” tiene testimonios e imágenes inéditas de gente que logró librar de la tragedia y secretos de archivos recientemente liberados de la censura. Transmite Infinito el próximo sábado, a las 17 horas.
Fuente: diario La Nación.cl (Chile)
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